Con base en la siguiente lectura, contesta las
preguntas de la 11 a la 15.
El día amaneció con un sol radiante, iluminando el tranquilo pueblo de Villa Esperanza. En la plaza central, los vecinos se congregaban para disfrutar del mercado semanal, donde se vendían desde
productos frescos hasta artesanías locales. Marta, una joven emprendedora, había montado un puesto con sus deliciosas mermeladas caseras, elaboradas con frutas de su propio huerto. La
gente se acercaba curiosa, probando los diferentes sabores y elogiando la calidad de sus productos. De repente, un gentío se formó alrededor de un anciano que estaba vendiendo libros antiguos.
Entre las páginas desgastadas y las portadas polvorientas, había historias por descubrir y conocimiento por adquirir. A medida que la mañana avanzaba, Marta notó que la gente se
detenía más en los libros que en su puesto de mermeladas. Intrigada, se acercó al anciano y comenzó a hojear uno de los libros.